Fue todo un privilegio haber tenido la oportunidad de
visitar Lampedusa y conocer a algunos de los supervivientes del 3 de octubre de
2013. Esta actividad influyó positivamente en la manera que tenía de pensar y
abrió mi mente, haciéndome ver que solo la minoría lleva una vida normal y
tranquila, mientras que la mayoría vive en unas condiciones deplorables pasando por unas situaciones impensables para cualquier ser humano.
Superviviente del naufragio narrando su experiencia. |
Además de haber tenido la oportunidad de conocer a estas
personas, mis compañeros y yo junto a otros alumnos de diferentes centros de Europa, realizamos diversas actividades y asistimos a charlas llevadas a cabo
por diferentes ONGs. En éstas nos hablaron de la actual situación de los
refugiados y nos dieron una serie de alarmantes cifras que hacen reflexionar
sobre las injusticias a las que están sometidos y sobre como la humanidad puede
permitirlas. Más de 50 millones de personas tienen que abandonar sus
casas cada año y dejar a sus familias en busca de una vida mejor y por
culpa de unos motivos injustos o unos enfrentamientos en los que ellos no están
involucrados.
En la visita, lo más importante fue que les prometimos a los supervivientes hacer todo lo posible por ayudarlos y por transmitir sus historias a la mayor cantidad de gente posible. Está claro que no tenemos el poder suficiente como para cambiar las cosas sin más, pero lo que si podemos hacer es hablar con la gente y hacerla empatizar. Cambiar el mundo está en nuestras manos y es una oportunidad que la mayoría desaprovecha. Debemos actuar ya. Nadie se merece sufrir.